domingo, 4 de marzo de 2007

Marzo Junial

Conceptualmente Junio es una gran nube opaca, la probabilidad de lluvias, los abrigos a mano, el fuego en la chimenea. Lo curioso es la certeza de poder prefigurar el concepto de Junio una gris tarde de marzo. Una tarde perfectamente junial colada en el último mes de verano. Es imposible y aún estúpido juzgar a Junio; pero no puedo dejar de sorprenderme de los resabios juniales que encontramos en el resto de los meses. Ayer hizo un frío junial, porque era frío húmedo, porque la luz del cielo opaco achataba las formas de forma tal todos los objetos de la tierra (incluidos nosotros, hábiles objetos parlantes) fueran lo menos bellos posibles. Lo opuesto sucede cuando la luz del sol -la llamada hora mágica de los cineastas- devuelve esperanzas al mundo y a sus habitantes.

Me quedo pensando entonces. Que la iluminación (natural, en este caso) transforme estéticamente la realidad y que ese cambio estético se convierta en un cambio cualitativo (sentimientos profundos, reflexión, amor, pasión, lo que fuere) me resulta fascinante y confuso. ¿Quiere decir que los humanos piensan, hablan y sienten en función del contexto luminoso? Seguramente, aunque sólo es posible tener opiniones y no certezas acerca de este punto. Lo cierto es que no hubiera intentado decir nada de esto si éste domingo junial de este marzo traidor y patético hubiera estado más y mejor iluminado.