domingo, 1 de abril de 2007

Cuanderno Gloria (1963)

Anoté en un cuaderno Gloria en el año 1963:

"El amor es ante todo esgrima."

Supongo que me refería a la feroz competencia en la que se baten la autoestima de la mujer y la autoestima del hombre, viejos conocedores de las reglas del juego. También anoté:

"El amor es en soledad."

Y en esa linea perdida, extraída de un texto garabateado y desprolijo, reconocí la profunda y antigua certeza de que uno sólo se ama a uno mismo aún cuando cree que ama a otros. Y quizá entonces sonó también la última música de una mujer, que como una violenta fragancia cruzó el tiempo hasta hoy.

Lo cierto es que todos estos años fueron de confirmación de estas hipótesis elaboradas en intranquilos bares de esta ciudad, con mi propia y suficiente compañía, y sin la obesa necesidad de declararle el amor a nadie. Entonces aprendí que más vale cuidar el jardín interior, y más aún, no dejar entrar nunca a nadie.Y que, gobernado por el deseo, lo único que sigue es el callejón.

¡Salud, mujer reliquia! ¡Veremos tu hidalguía en la lucha contra el tiempo!