miércoles, 25 de julio de 2007

Panadería Histórica.

La particularidad de este establecimiento del barrio de Congreso –Rivadavia abunda en maravillas- consiste en ofrecer a sus clientes piezas históricas de panadería. Ante la evidente pregunta de cómo hacer para conservar las facturas históricas sin que estas se descompongan, su dueño –el Sr. Rolando- afirma que los estantes tienen un sistema de vacío que inhibe la pudrición de sus piezas.

Entre las piezas más significativas podemos encontrar cañoncitos democráticos, salidos del horno en 1983 con la vuelta de la democracia. En el estante de los noventa están exhibición varios ejemplares de vigilantes menemistas, que la gente compraba a granel con el dólar barato.

Rolando no alienta el consumo de los productos; los considera ante todo piezas históricas –de museo- que los interesados pueden coleccionar en sus hogares instalando el sistema de estantes al vacío que él mismo comercializa. Sostiene –y su argumento es interesante- que las facturas históricas son una marca de época de tanto valor como una pintura o una canción, y que deberían tenerse más en cuenta.

El establecimiento se llama Panes del Ayer; hasta dónde recuerdo quedaba en Rivadavia y Paraná.