miércoles, 18 de abril de 2007

Materialidad de la Palabra

Más allá de la discusión con Atilio y de las diversas argumentaciones, yo postulo y afirmo la materialidad de la palabra. Me refugio en escribir, me resguardo, es un remedio no romántico sino fisológico. Esto no me pasa a mí, le pasa a los millones y millones que escriben para vaciarse, porque han nacido con la necesidad de exclamar. Entonces, ante todo, ésta proclama: no existe Paula, sino su evocación; no existe caminar por una avenida, sino haber caminado; no existe el plato de comida caliente en familia, sólo su tardía evocación. Como dijo John Lennon (de una u otra manera), los acontecimientos nos pasan por al lado. Nosotros sólo podemos intentar frenarlos. Todo líquido -como es el Tiempo- se seca, se escurre o se evapora. Pero eso sí: podemos evocarlo. Allí el poder tremendo, el vaso de vino en la mano, la crónica de lo que pasó.