miércoles, 8 de agosto de 2007

Viñetas de Rómulo Ornamenti.

Nota

Conozco a Rómulo hace muchos años y llegó el momento de mostrar al público algunos de sus escritos. A mi también me provocaron un poco de impresión.

AG.


Ingesta.

"No siempre es conveniente comerse a las mujeres y dejarlas en esqueleto, los esqueletos son previsiblemente muy huesudos y poco acogedores en épocas invernales. Es referible (y esto lo dicta la experiencia) comer pedazos de la mujer, una ingesta ahorrativa de los manjares y efluvios. Otras variantes son poco convenientes. Es cierto que todos prefieren comer hasta saciarse pero cuando aparece el esqueleto aparecen también las miradas hacia los costados, la duda de haberse excedido, y la obligación de dormir agarrado de los huesos."

Tala.

"Fui provocado por el invierno, quien me llevó a la ferretería con un hacha en la billetera, y una vez que sentí el peso y probé el poderoso vaivén de mi herramienta, salí a caminar por la calle con alegría de hacha. El primer policía me miró extrañado, y como no abundan leñeros en Belgrano, habrá imaginado algo para no tener que ir a hacerme la boleta por tala indiscriminada del arbolado público. Además, como no habría manera de insertar esa denuncia en las veloces computadoras del sistema policía, el oficial optó por verme maniobrar. Talé así el primer paraíso de la mañana, cuya leña gomosa trocé en cómodos tronquitos que cargué en mi carretilla de leñador de Belgrano.

Mayor fue la sorpresa del policía cuando volvió a verme, esta vez talando un gran eucaliptos (que dio mucho más trabajo que el árbol anterior), pero tampoco pudo decirme nada porque no sabría que anotar en su boleta. Yo lo miraba y hasta me devolvió la sonrisa. Pobre hombre, tendrá frío. Y así fue que talé todos los árboles de la calle Amenabar, que se quemaron en mi hogar para regocijo de mi gata."