sábado, 10 de febrero de 2007

Noche de febrero. (1965)

Para empezar, una mesa, el mantel, dos copas, una botella. Usted y yo. Usted del otro lado de la mesa, como en la tribuna de en frente. Todo me recuerda, ¿sabe?, todo me recuerda a la primera vez que sandalia sandalia zapato, una noche de verano tan cálida que usted comentó: qué linda noche de verano. Entonces caminamos, sandalia zapato sandalia, la tímidez de tomarle la mano e invitarla a bailar en medio de la calle esa música que sólo nosotros parecíamos escuchar.
Usted quizá pregunte si lo que sucede como recuerdo es sólo una versión tardía de los hechos que ya no podemos ir a buscar. Desmiento su duda de sandalia con certeza de zapato. Ir a buscar la noche de ayer, que fue hace siete años, es tan real como la gota baja por el tallo cristalino de su copa, como las pestañas que usted estremece cuando se inclina hacia adelante. Como esta linda noche de verano.
Parece imposible: usted y yo vivir la misma noche como fragancia inapelable.
Bienvenida, cálida noche de albahaca.

6 comentarios:

Ela dijo...

Esta prosa, a diferencia de la anterior de sandalia, me sugiere una invitación, una de las lindas. Una invitación a recordar algo y saborearlo y sentirlo como si fuera ahora. Mas que invitación, le diría que directamente me provocó recordar noches lindas.
Las noches de verano son siempre lindas.
Este texto fue nostálgico, agradable (no por nostálgico... o sí), de esos que te sacan una sonrisa.
Y adémás, las noches de los sesenta seguro eran re lindas.

Creo que hoy estoy un poco cursi y hasta me confundo sandalia con zapato.

Álvarez Gómez dijo...

Si, eran lindas, pero usted sabe que me gusta encontrar en cada noche, algo que tienen todas las noches, en cada esquina, algo de todas las esquinas.

Ademas, la noche de ayer es tan inalcanzable como una noche cualqueira de 1965. Y como las noches se peuden recordar sean del tiempo que sean, la noche que voy a vivir hoy, sabado, puede ser muy parecida a otra que ya paso, que recordare maniana yendo al pasado.

Me perdi un poco, pero seguia una especie de logica..

Federico Chester dijo...

No estoy seguro si soy objetivo o no, pero eres uno de los escritores que mas disfruto leer.

Los viejos recuerdos marcan las experiencias presentes: yo veo tu blog escrito sobre hoja numero 3 rayada con tinta azul de punta fina…

Anónimo dijo...

No estoy seguro si soy objetivo o no, pero eres uno de los escritores que mas disfruto leer.

Los viejos recuerdos marcan las experiencias presentes: yo veo tu blog escrito sobre hoja numero 3 rayada con tinta azul de punta fina…

Álvarez Gómez dijo...

federico, usted se remonta al foyer, al verde cada vez más verde en elr ecuerdo, al cuento del ombú.

No sabe el efecto que tiene que mi su comentario.

Y que estemos conectados de esta manera...resulta genial.

Le agradezco con toda sinceridad, A.G.

Ela dijo...

No, no sabía eso de usted, no.
Pero es verdad, hay algo que tienen todas las noches y todas las esquinas.
Hay algo que se siente, algo que hasta puede hacer que vivamos y luego recordemos una noche de invierno como si fuera una noche de verano.

Saludos, Don Alvarez