domingo, 11 de febrero de 2007

Exaltación de la tinta (1972)

Digo tinta como simple metáfora de escritura, porque quedan pocos valientes que se le animan a estos viejos métodos. Pero la exaltación es la misma, ese lento rumor, ese caluroso crepitar que hace rascar las sienes y la nuca.

Algunos escritores, como yo, escriben como si eructaran. Incapaces de estarse quietos, de disfrutar de algún silencio, se sientan a hacer garabatos de las ideas que les merodean en la frente. Sin mucho orden, sin coherencia, a veces sin gusto. No juzgo esta actitud fisiológica, no soy el indicado. Sí valoro lo siguiente: estos escritores no ponen "estoy exaltado", sino que escriben con exaltación. No ponen "estoy triste", sino que la tristeza se encuentra entre los surcos, entre las palabras, las pausas y las comas, en esquinas desiertas o espaldas de mujer. Y claro, en sandalias.

Algunos lo hacen con maestría, y publican sus obras. Otros, más humildemente, lo intentamos desde el anonimato.

2 comentarios:

Ela dijo...

Me gustó mucho este texto.
Me encanta la palabra "crepitar"
Si si.

Ela

Álvarez Gómez dijo...

¿Vio que crepitar crepita con sólo ponerla? No es alucinante? La fórmula sería así: para crepitar,crepite. Es un poco raro, pero sigue una especie de lógica (ya es la segunda vez que digo algo así)