miércoles, 4 de abril de 2007

Pluralidad de las Paulas

Me animo a esta sacrílega interpretación de Borges. Si Paula es todas las Paulas que se extienden en el tiempo, existirían tantas Paulas como subdivisiones de tiempo posibles. Para facilitar el razonamiento, supongamos que dividimos el tiempo en sesenta segundos por minuto (sesenta minutos por hora, etc); entonces habría sesenta Paulas diferentes por hora, lo que es bastante. De esta manera, la Paula que me miró tomar un café sobre Sarmiento una tarde lluviosa es esencialmente distinta a la que caminó hacia el Río para ver a la Reina, o la que posiblemente ahora esté en algún escritorio o esquina, entregada a la mutación infatigable de ser una Paula diferente a cada momento.

El razonamiento me lleva a pensar que es ridículo decir que efectivamente conocí a Paula, cuando Paula es en realidad todas las Paulas, es decir, una única Paula modificada por la variable tiempo. La Paula de ayer no será jamás la Paula de hoy. La Paula de hace unos momentos no será nunca la Paula actual, o la posible Paula futura.

Me pregunto dónde podré ir a buscar a la Paula de hace unos pocos días –y aquellas Paulas anteriores- tan distintas a las Paulas que siguieron a su brutal emigración. Me pregunto, en todo caso, si eso es posible. La respuesta es evidente. Jamás se podrá volver a coincidir de esa manera, porque las coincidencias son tan irrepetibles como las personas que se modifican con el tiempo. Si esencialmente somos distintos a cada momento, es quizá estúpido intentar reconstruir una coincidencia como la que hubo entre alguna Paula –ahora difusa y lejana- y algún Álvarez Gómez, pasado e inasible.

De lo que estoy seguro es que por momentos hubo una Paula que coincidía con Álvarez Gómez, y que esa coincidencia fue tan fortuita como milagrosa. Intentar reproducir las condiciones de la coincidencia entre Paulas y Gómez es tan ridículo como pretender que cuando Paula (alguna Paula) reaparezca, sea remotamente parecida a la que hace sólo pocos días coincidía con algunos Álvarez Gómez sucesivos.

7 comentarios:

emiliano. dijo...

Ya era bastante duro extrañar a una Paula que un día agarró y se fue para siempre. Pero ahora, gracias a usted, tengo que extrañar también el minuto anterior de la Paula que tengo en frente mío ahora mismo.
Que lo parió.

Anónimo dijo...

De dónde se fue Paula? por qué se fue?

Álvarez Gómez dijo...

De dónde se fue? Se fue de aquí.
Por qué se fue? no estoy seguro. Se habrá puesto un poco nerviosa.

emiliano, extrañe todo que es sano aunque no lo crea.

Andy Fechi dijo...

Dos posibilidades...
No hay pluralidad de Paulas sino que todas las Paulas coexisten en el tiempo (por lo tanto son muchas mas que las que claculaste).

O esa pluralidad es la mismisima causa de todos los desencuentros entre Ud. y Paula.

Álvarez Gómez dijo...

Estimado Andy: no creo haber entendido lo que dijo. Mi punto es que existen tantas Paulas como instantes de tiempo distintos. No coexisten, sino que son diferentes.

Los desencuentros...por Dios, quién sabe a qué se deben.

SISIFO dijo...

ME PARECE FANTASTICA SU APRECIACION... Y PUEDO ESPERANZARLO CON LA ANOLOGIA DE REFERIRLE LA EVOLUCION...
UN CAMBIO SIGNIFICATIVO EN UNA ESPECIE SE PRODUCE TRAS UNA SERIE DE INCONTABLES "MILAGROS".
PODRIAMOS DESALENTARNOS ANTE LA INMENSIDAD DE CASUALIDADES NECESARIAS PARA UNA PAULA, PERO SIN EMBARGO, EL DELFIN YA NO ANDA EN 4 PATAS...

Álvarez Gómez dijo...

Sísifo: qué gran apelación a Darwin. de todas maneras, qué es peor tragedia, la nostalgia de un delfín cuadrúpedo, o los recuerdos de una mujer querida?