martes, 10 de abril de 2007

Supongamos

Supongamos que no soy Álvarez Gómez, y que en mi juventud no me senté frente a una mujer de pasado irlandés y grandes ojos verdes; supongamos que no tomé un café mientras ella por fin hablaba y daba noticias. Que no miré por la ventana para corroborar que todavía la lluvia, el pavimento húmedo. Supongamos que no existió ese marzo junial, el preludio al Eterno y Frío Junio que en algunas almas nobles se extiende por lo menos cinco meses. Supongamos que no fui el interlocutor de esa charla, que no oí que esa mujer había recibido la confirmación, que en agosto o julio el pasaje de avión, que no dijo nunca la palabra Brasil, que jamás mencionó Europa y las plazas de Praga, que jamás la miré con amor, que no hubo ningún indicio de que su partida sería, finalmente, una nueva tragedia. Supongamos que no intenté dar un falso aliento, que no imaginé el pausado trago tardío. Que no rogué con ojos jóvenes, que no imposté una contestación madura; que no planifiqué mi reacción. Que no caminé esa noche pensando en los días que faltaban, en una noche de felices despojos, en una poesía ronca pero sincera, en hacer el amor igual aunque pareciera no tener sentido.

Suponiendo todo esto, esa noche de hace treinta años, tan parecida a anoche, no tuvo nada fuera de lo común.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Déjese de romper las pelotas con estos cuentitos, dialoguitos y cositas. Escriba una novela que tiene material.
Disculpe la agresión, fue sólo para llamar su atención.
Saludos

Anónimo dijo...

no me gusta leerlo triste, alvarez

salomé esper dijo...

me disculpa don alvarez la intromisión... pero quisiera saber porqué ese tom piensa que una novela vendría a ser algo mejor... me enojé jeje. ud escriba nomás lo que le parezca. aunque eso también es opinar... de todas formas: un abrazo y me voy que me estoy enredando.

Anónimo dijo...

y si, existen esos momentos en los q hacer el amor parece no tener sentido y, sin embargo, ese instante d placer y lujuria se delinea tan terriblemente intenso en la memoria q logra desdibujar los contextos.. para mi sr ag, por mas q estorben y entorpezcan.. esos son los momentos q valen..

Anónimo dijo...

los momentos que valen... el placer y la lujuria? haciendo fuerza recuerdo más de uno, pero para valer tienen que contar con algún factor adicional, algo que no sea tinta al agua (que el alcohol no lo borre)...
aclaro que haciendo fuerza, porque no se me ocurren muchos momentos catalogados pura y exclusivamente bajo esos dos conceptos. no sé si decir que son pocos, pero llevan a desalegrías posteriores. desalegrías innecesarias.

Anónimo dijo...

por ahi no logró comprender bien.. el factor adicional al q ud se refiere es el concepto del q partimos, y es hacer el amor.. ahora q duele... y sí... q lastima q el alcohol le diluya las memorias, en mi caso tan solo las alcoholizan..
perdon sr ag por utilizar su espacio para semejante aclaracion..

Álvarez Gómez dijo...

Tom: entiendo su arenga como una forma de aliento, pero sólo puedo escribir lo que escribo; por el momento prefiero esta manera breve de referirme a las pocas cosas que tengo ganas de relatar, de la manera que pueda.
Cas, le agradezco su comentario, que también es un gran aliento. Sinceramente, sentir que se valora mi humilde aporte es una gran honor. Gracias.

Maga. Qué le puedo decir. Me sacó la ficha. Así nomás le digo.

El problema de las firmas anónimas es que se pueden confundir. Quiero hacer un comentario. Al Anónimo 1: coincido con usted, aunque no pensaba tanto en lujuria sino en amor, entendido como lo entienden los cormoranes cuando hacen el amor sobre cálidas rocas. "Lujuria" me suena un poco brusco, quizña por culpa de la Iglesia católica, pero entiendo lo que dice. Y coincido, son los momentos que valen. Yo hubiera amado a esa Paula, aunque fuera inútil y efímero.

A la anónima: pienso que la lujuria y el placer sólos llevan a desalegrías, y como dice usted, se diluyen si no hay sustancia más que corporal en juego. Pero interpreto que el comentario del anónimo anterior estaba hablando de cuando hacer el amor lleva a un momento íntimo de los cuerpos. Es decir, que hacer el amor con alguien que a uno le importa puede devenir en una danza delirante y sinsentido, pero que vale la pena. Lo digo en criollo: yo no estaba hablando de acostarse por acostarse, sino acostarse por amor, aunque la falta al amanecer fuera tremenda.

La contestación del anónimo 1 podría ahorrarme esta aclaración: partimos del amor.

perdón por la extensión de mi comentario. Este espacio es ante todo para mis amigos y amigas lectores, y es para usar de cualqueir manera. Los saludo a todos.

AG.

volvidejapon dijo...

Alegría me produce el haberme topado con su blog don Alvarez, siendo usted un viejo choto, tiene aún una frescura que regala la juventud y la profundidad que una vida bien vivida ofrece. Su cuestionada homosexualidad lo dota de una sensibilidad que varios envidiamos y leí por ahí que eso genera en cierto ambiente una profunda admiración por su obra. Espero que supere esos achaques que lo tienen a mal traer y siga por unos cuántos años regalándonos sus historias. Vamos viejo, siga adelante carajo!!!

SISIFO dijo...

HUBO UN RECORRIDO FRESCO ATRAVEZ DE MI ESPINA DORSAL, ALLI POR DONDE TRANSITA LA MEDULA... HUBO UN SILENCIO TOTAL DE SONIDOS, HUBO UNA SONRISA QUE SE ME DESDIBUJO EN TRISTEZA...
LE AGRADEZCO EL POPURRI... SEPA QUE NO ME PASABA DESDE "INSTRUCCIONES PARA ABRIR EL PAQUETE DE JABON SUNLIGTH"

Álvarez Gómez dijo...

Flavio, me alegra tenerlo de visita por acá. le mando un gran abrazo.

Sísifo, veo que le gusta Dolina. Gracias por semejante augurio. Un saludo,
AG