lunes, 28 de mayo de 2007

Hombre y Lenguaje.

Lo que Atilio me quiso decir, o mejor dicho, lo que quiso que yo entendiera, lo procesé mucho (mucho) después. Yo me acercaba a él como mis impresiones, con el relato de un olor, con el cuento de haber observado a una mujer y quién sabe qué más.

Atilio oía. De eso no le puedo reprochar nada. Pero en su viaje introspectivo se volvió más silencioso. Como dijo un pensador amigo, intelectualizar la experiencia la hace desaparecer: es reemplazada por la palabra. Atilio hablaba de eso, o mejor dicho, callaba para comprender. Para comprender él mismo y hacerme comprender que quizá yo estuviera metiendo demasiadas palabras a los acontecimientos.

Y yo te entiendo, Atilio. ¿Pero qué sucede cuando la experiencia es la palabra? ¿Qué hay cuando lo que acontece, acontece porque fue mediado por la palabra?

Atilio cuestiona el lenguaje y al hombre. ¿Son inseparables? ¿Son lo mismo? Por otro lado, ¿tales conclusiones no son fruto del lenguaje y el razonamiento? Si toda visión de mundo es una construcción discursiva, ¿no es esta postura cuestionadora del lenguaje una construcción también? Y sí, Atilio, supongo que sí. Ya lo dije en otro artículo: una noche Atilio me explicó qué era una epifanía. Al día siguiente tuve una. Una tarde mi abuelo me explicó que la nostalgia era más o menos así, y el resto de mi vida encontré rastros, raspones y marcas de una nostalgia fantástica. Supongo que si sólo somos y seremos palabra –i.e. discurso- sería bueno al menos elegir uno bueno.

1 comentario:

L ... dijo...

Qué tema AG... qué tema...!
Una vez un profesor de análisis del discurso me dijo que no todo es discurso, que no caigamos en el "pandiscursivismo" y que "qué triste sería que todo lo fuera". Me dijo que no me olvide de la experiencia no mediada, que eso existe y que hace a la práctica. Yo no le dije nada. Sólo me quedé pensando. Creo que somos en y por el lenguaje, una conjugación entre una mente que piensa y un corazón que siente. Y como en todo, hay buenas y malas conjugaciones, como así buenos y malos discursos. Y por supuesto, grados intermedios.

Pero sí AG... deberíamos elegir uno bueno!

cariños otoñales AG!