martes, 20 de febrero de 2007

Epifanía (II)

Uno de los dilemas de la palabra escrita y de la comunicación en general tiene que ver con. Para empezar, es importante tener en cuenta que el lenguaje jamas. Para vencer la incomodidad de nunca llegar a de decir, es necesaria mucha. Por más práctica, por más buen gusto, cada vez que yo.

Y quizá suceda que alguna vez. Quizá lea un poema de una mujer que dice "suavidad atardecida de árboles de tilo", e imagine. Árboles, arboledas, bulevares y caminos tapizados de otoño; y quizá, con un poco de suerte, aquella primera imagen que la poetisa quizo aludir no sea tan distinta que la que yo tengo ahora, reflejándose en mi mente como un destello, a punto de volver a irse de donde vino.

Pero cabe la posiblidad de que lo más interesante de todo sea justamente no coincidir en las imágenes, y así con sólo decir "arboleda" poder aludir infinitos y desconocidos árboles, que titilarán por segundos en mentes desparramadas por ahí.

3 comentarios:

salomé esper dijo...

a.g. ud me tiene embobada con sus epifanías. las leí una y otra vez, hasta que hoy entendí lo que pasaba. ud encuentra palabras encantadoramente precisas, que yo no veo ni pasar, pero cuando llegan son tan conocidas y abrazables.

Natalie Sève dijo...

¿Cómo pasa la luz, entremedio de la arboleda?

Álvarez Gómez dijo...

Cas: gracias por lo que dice. Es un honor muy grande oír sus opiniones.

Natalie sève: no sé si entendí bien la pregunta. ¿A qué se refiere?

Saludos,

AG